![](https://static.wixstatic.com/media/a6f7c3_a80afc3b89e740da9d5376ddd4bd0db8~mv2.jpg/v1/fill/w_980,h_490,al_c,q_85,usm_0.66_1.00_0.01,enc_auto/a6f7c3_a80afc3b89e740da9d5376ddd4bd0db8~mv2.jpg)
Al nacer, eres el original de ti mismo. No existe en el mundo otra persona igual, ni siquiera entre los gemelos idénticos. Llegas al mundo con un conjunto de potencialidades, habilidades, fortalezas y debilidades en una combinación que nadie más tendrá. Eres la versión perfecta de ti mismo, tanto que deberías llamar a tus padres y agradecerles por tanta originalidad, ¡nunca antes vista!
El primer reto que enfrentas es que, siendo un bebé, no puedes hacer nada por tu cuenta. Cuando cumpliste dos meses, recién pudiste mantener la cabeza erguida sin ayuda. Muy distinto es si pensamos en un huevo de tortuga. El bebé tortuga rompe el huevo, se asoma, espera hasta la noche para volver a asomarse y avanzar hacia el mar, comenzando su aventura solo. Tú no, tú necesitaste a los demás para sobrevivir. Aprendiste a llorar, a reír, a gritar para generar reacciones en las personas que te rodeaban. Con ese aprendizaje te llevaron al preescolar, al maternal, al jardín, y ya como en tercer grado, decías que ibas solo.
Para entonces, ya te habías condicionado, te habías uniformado, buscaste pertenecer al grupo, sacar buenas notas, no equivocarte, portarte bien para no ser castigado, hacer amigos con gustos similares a los tuyos, y te burlabas de las diferencias de los demás. Te amargabas cuando se burlaban de tus diferencias. Buscaste encajar, evitar mostrar tu inseguridad, tu miedo a equivocarte te llevó a ser del promedio, porque así siempre había alguien más vago, más relajoso o más aplicado que tú, y así evitabas problemas, no te ponías en la mira para que te criticaran. También deberías llamar a tus padres y agradecerles por la oportunidad de estudiar.
Pero, ¿En qué momento de tu vida te hiciste cargo de tus sueños, tus capacidades, tus desventajas y, lo más importante, de tus acciones? ¿Qué es lo que te hace único? ¿Cómo puede alguien separarse del montón y destacarse? ¿Cómo ese alguien se permite ser auténtico y atraer oportunidades que lo harán brillar haciendo lo que mejor sabe hacer?
Primero, debes responderte cómo te ves a ti mismo: ¿Quién soy? ¿De qué soy capaz? ¿Soy digno? Soy una persona única, con fortalezas, facilidades, debilidades y dificultades. Soy capaz de permitirme soñar y poner a disposición las capacidades y facilidades que tengo, en lugar de sufrir y amargarme por lo que no tengo. Soy digno de actuar una y otra vez, y luego seguir haciendo lo necesario en función de lo que quiero conseguir, sin miedo al éxito y sin huir de mis miedos, porque cuando no los enfrento, me esclavizan.
Tengo sueños y tomo acciones masivas para conseguirlos. Actúo para alejarme de seguir a los demás y de hacer lo que ellos dicen que debo ser o hacer. Decido avanzar por mi camino, doy un paso adelante y me hago oír porque tengo algo único que ofrecer.
¿Qué les pasó a aquellas personas que lograron transformarse en individuos extraordinarios? ¿Cómo logramos ese reconocimiento que merecemos por el valor único que ofrecemos para alcanzar nuestras metas y objetivos? Siendo los directores de la película de nuestra vida y poniéndonos como el héroe de ella. Nadie mejor que tú para crear, diseñar, producir y actuar en la película de tu vida. No hay mejor protagonista, nadie lo va a hacer por ti.
¿Y si ya lo has intentado y aún no estás donde quieres? Pues haz otra película. Sigue haciendo, sigue avanzando. El héroe va haciendo su camino, y en el camino hay errores, tropiezos, problemas, imprevistos y hasta horrores, pero es el camino. Solo deja de ser tu película cuando dejas de hacer, de rodar, de soñar. Todos los que vamos por este camino único hemos enfrentado estos desafíos, y hay momentos en que te paras y te sientes destrozado y herido, y te dices: "¿Por qué me puse en esta situación? ¿Por qué me está pasando esto a mí? ¡No es justo!". Y, justo o no, de ti depende seguir adelante o quedarte estancado, estancando ese valor único que tanto puede contribuir para mejorar tu vida y la de los demás.
Aquí es donde debemos buscar sabiduría. En este caso, la sabiduría milenaria japonesa en forma del arte del Kintsugi, el método de reparación de piezas rotas de cerámica con oro, celebrando las cicatrices y mostrándolas orgullosamente, ya que la pieza se ha transformado en algo aún más bello que el original. Nosotros elegimos si escondernos ante los reveses o si salir a la luz con más fuerza, más experiencia, más decisión, más aprendizajes y más acciones decididas hacia un mejor resultado esta vez y la próxima. Y en ese momento es cuando nos convertimos indiscutiblemente en únicos.
Pensamos que lo que nos hace diferentes es la preparación, la experiencia, los contactos, las relaciones, etc., y no cualquier persona puede ganarnos en eso. Pero lo que nadie nos puede ganar es en nuestra propia historia, que se ha convertido en una pieza con imperfecciones, con cicatrices pegadas con oro, que nos ha moldeado en un mejor héroe porque esas cicatrices nos enseñan a ser más humanos y a conectarnos mejor con los demás. Debemos darnos permiso para perder el miedo a mostrarnos auténticos, evitar mostrarnos como personas perfectas porque nos aterroriza que vean nuestras cicatrices, cuando en realidad debemos utilizar esos aprendizajes y mostrar lo que realmente somos. Somos únicos, somos relevantes, somos dignos.
Perdonémonos, dejemos la culpa y el remordimiento, demos un paso adelante. Busquemos y tomemos las oportunidades que esta nueva versión del héroe de tu película—tú—está creando con sus acciones. ¡Muestra al mundo lo valioso y lo único que eres!
¡Eres único, somos únicos!
Comments