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¿Quién eres? ¿Cuál es tu identidad?
Tú no eres lo que haces ni lo que tienes; eres mucho más que eso. Tu identidad no depende de si eres guapo o feo, alto o bajo; eres mucho más que eso…
Tú eres la persona que mejor te conoce. Reflexiona: ¿qué te gustaba desde niño? ¿Te atraían las matemáticas, la naturaleza, el movimiento, la música? ¿Qué actividades te generan pasión y emoción? ¿Qué cosas aprendías muy rápido, y al hacerlas ya mostrabas destellos de excelencia, como si llevaras ese talento integrado en tu ser desde siempre? Cuando decides iniciar algo que te gusta, los pasos fluyen, y cada vez lo haces mejor. Seguramente ya has identificado algunas de estas características: estas son las fuentes de tu poder. Esto es lo que te hace diferente, especial, único. ¡Aprovéchalo! Invierte tiempo y esfuerzo en mejorar y desarrollar esas capacidades a un alto nivel. Explora esos intereses, aventúrate, busca actividades que disfrutes. Toma oportunidades, sé creativo, desarrolla algo poderoso, algo especial. Sé lo que te hace único. En esa diferencia creas valor. Sé tú mismo, sé único. Haz que las cosas sucedan con audacia. Descúbrete a ti mismo; eres la combinación de pasiones, fortalezas y propósitos. Añádele enfoque y acción.
Un día, alguien se dijo a sí mismo: “¡Voy a ser músico!”.
Creyó en sí mismo, se puso un objetivo, se enfocó en el resultado e hizo lo necesario. Estudió piano durante un año, pero no lo terminaba de convencer. Luego estudió guitarra por tres meses, pero no se le daba fácil. Un día se sentó frente a una batería y encontró su verdadera pasión: “Voy a ser baterista”. Aplicó lo que había aprendido de teoría musical y lo poco que sabía de los otros instrumentos, y comenzó a disfrutar la música como nunca. Pronto empezó a mostrar destellos de calidad y originalidad en la batería. Justo cuando empezó a tocar en público, comenzaron los comentarios: “Jajaja, ¿tú? ¿Baterista? ¡Nunca serás bueno!”, “Estás loco, ¿músico?”. Esos comentarios, al menos, se los decían de frente, pero hubo muchos más de gente que se burlaba a sus espaldas, esparciendo rumores de que su grupo tocaba terrible (¡ni siquiera habían asistido a las presentaciones!). Lo que estas personas lograron fue darle más motivación para practicar y trabajar duro en su instrumento. Pasaron los años, y después de varias presentaciones en escenarios profesionales con buen público, esta persona, al bajar del escenario, comenzó a recibir comentarios como: “¡Te felicito, qué bacán!”, “Admiro tu talento”, “Qué buen solo de batería”, “¡Tienes un sonido increíble!”. Incluso las mismas personas que antes lo criticaban se acercaban a felicitarlo, a tomarse fotos con él y a decirle que admiraban su talento. Comentarios como:
“Nunca hubiera podido hacerlo”, “Es muy difícil”, “Nunca tuve apoyo”.¿Qué habría pasado si esta persona hubiera escuchado a esas voces negativas años atrás?
Marco Aurelio lo resume así: "Me sorprende que, a pesar de que nos amamos más que a los demás, nos importen más sus opiniones que las nuestras propias".
Nacemos únicos, y está en nuestras manos usar el conjunto de talentos con los que nos dotó la vida para nuestro bienestar. Recuerda algo: no nos darán otro conjunto de talentos. Podríamos llamarlo injusto, pero no podemos hacer nada frente a las circunstancias que están fuera de nuestro control. Así que, mejor, usemos los dones que sí tenemos y maximicemos nuestro potencial.
Deja de preocuparte por lo que no puedes hacer y pon todo tu enfoque, tu esfuerzo en lo que sí puedes. Persigue aquello que te hace único.
¿Cómo descubrir y potenciar lo que te hace único?
1. Descubre y potencia tus talentos innatos
El primer paso para destacarte es conocer esos talentos que ya llevas dentro. Un talento es como un patrón que se repite en tus pensamientos, sentimientos o acciones. Piensa en esos momentos en los que te sientes en tu mejor versión; ahí es donde están tus talentos, esperando a ser cultivados.
Imagina que tus talentos son semillas. Cuando les dedicas tiempo y esfuerzo, esas semillas se convierten en la esencia de tus fortalezas. Así que, ¡A sembrar!
2. Utiliza herramientas para identificar y organizar tus talentos
Para conocer tus talentos, intenta identificar cuáles son las características que más te definen. Aquí te damos cuatro ejemplos claves que te ayudarán en este proceso:
Eres una persona que hace que las cosas sucedan y lleva los proyectos a buen puerto.
Tienes el talento de ganarte la confianza de todos fácilmente, probablemente eres bueno para inspirar y guiar a otros.
Construyes conexiones y mantienes el buen ambiente en los equipos.
Analizas, planificas y piensas a futuro. Siempre estás un paso más adelante.
3. Aplicaciones prácticas de tus fortalezas
Ahora que has hecho el trabajo de identificar tus talentos, es hora de llevarlos a la acción. Aquí van algunas ideas:
Si tu talento es la empatía, busca roles donde puedas conectar con las personas, como en recursos humanos o el trabajo social.
Si tienes la chispa de "Idear" en un equipo de marketing, tus ideas creativas son oro puro. Mientras tanto, alguien con el talento de "Enfoque" se encargará de que esas ideas se lleven a cabo.
Si eres un líder con el talento de "Comando", te verás destacar en momentos de crisis, tomando decisiones con firmeza. Por otro lado, un líder con "Desarrollo" se centrará en hacer crecer a su equipo.
4. Impacto en relaciones y bienestar
Entender tus talentos no solo mejora tu rendimiento, sino también la calidad de tus relaciones. Al conocerte mejor, te vuelves más eficaz en tus interacciones, resolviendo conflictos con empatía y comunicándote de manera más clara.
Cuando te enfocas en lo que realmente te hace único, no solo mejoras tu desempeño, sino que también encuentras una mayor satisfacción personal y profesional. Así que, si te centras en tus fortalezas, vivirás con más propósito y plenitud.
Lo que te hace Único es tu fuente de poder. ¡Aprovéchalo!
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